Muchas enfermedades pueden, sólo con su presencia, ocasionar problemas reproductivos de diversa complejidad e intensidad. Los cinco trastornos que más incidencia tienen sobre la fertilidad femenina son:
1. Males Tiroideos: El hipotiroidismo o el hipertiroidismo, de suma frecuencia y muchas veces asintomáticos, pueden llevar a trastornos ovulatorios y problemas de fertilidad. Algunos síntomas de alerta son problemas con el peso y con el sueño, y la intolerancia al frío o al calor.
2. Celiaquía: Los trastornos alimentarios como la enfermedad celíaca pueden alterar la absorción de sustancias esenciales para el metabolismo hormonal y ser a veces el factor responsable. Si bien su diagnóstico suele ser complejo, la distensión abdominal, diarreas crónicas y pérdida de peso pueden alertarnos de su presencia.
3. Endometriosis: ¿Qué ocurre con la gran cantidad de veces que las mujeres sufren de dolores moderados a severos con sus menstruaciones? La mayoría de las veces no hay un factor muy claro, lo que sí ocurre en la mayoría de ellas es que hay un fenómeno de menstruación retrógrada. Esto quiere decir que además de pasar hacia la vagina, parte del sangrado va hacia las trompas y se dirige hacia el abdomen. Allí produce irritación y en algunos casos, esa sangre (que es tejido endometrial) puede implantarse y producir un cuadro complejo que es conocido como endometriosis. Esta enfermedad crónica, que se autoalimenta con cada menstruación, produce desde dolores intensos hasta quistes en los ovarios y adherencias de los propios tejidos (trompa, útero, intestino, etcétera) alterando el correcto funcionamiento reproductivo.
4. Tabaquismo: El cigarrillo es tal vez el más frecuente de todos los factores. Este factor, cada vez más investigado y más aceptado como factor agravante en reproducción, puede ocasionar trastornos en la calidad de los óvulos, embriones y en la implantación. Las posibilidades de embarazo y éxito del mismo se ven aumentadas en un 50% en aquellas mujeres que no fuman.
5. Problemas de peso: Los aumentos o descensos desmedidos y, sobre todo muy abruptos, pueden producir alteraciones en la liberación de las hormonas encargadas de la regulación del ciclo reproductivo. Lo aconsejable es consultar con un especialista en nutrición y en reproducción humana para un correcto asesoramiento.
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