Debido a inclemencias ambientales, exposición solar y malos hábitos, la piel pierde progresivamente características que la mantienen sana y joven, apareciendo manchas, descolgamiento y arrugas finas.
El problema actual y la “intensidad” del rejuvenecimiento que queramos conseguir dictarán el tipo de tratamiento o tratamientos a emplear. En muchas ocasiones la solución óptima pasa por una combinación de tratamientos que mejore todos los estigmas. Debido a que el envejecimiento es un proceso continuo, deberá realizar un “mantenimiento” o realizar tratamientos regularmente para poder mantener las mejoras con el paso del tiempo. Determinados tipos de acné y sus secuelas también se benefician de algunos de los tratamientos que se describen más adelante.
Un grupo popular de tratamientos faciales se basan en producir un “decapado o exfoliación” (peeling) de la piel. Esta exfoliación retira capas de piel superficiales, medias o profundas obligando a la propia piel a generar capas nuevas, más lisas y con un contenido mayor en colágeno y otras sustancias de soporte. Cuanto mayor es la profundidad del exfoliado mayor será, por tanto, el beneficio y la mejoría obtenidos, pero también será mayor el tiempo de recuperación. Exfoliaciones superficiales prácticamente no tienen periodo de recuperación, pero ofrecen resultados menos llamativos. Estos tratamientos se suelen emplear para “refrescar” la cara, mejorar su aspecto general y eliminar o disimular arrugas finas y poco profundas que no dependan de la gesticulación.
Otro grupo de tratamientos faciales tiene por objeto “rellenar” (mediante la inyección de determinadas sustancias) determinados estigmas leves del envejecimiento, aportando, en ocasiones, algunas sustancias beneficiosas para el metabolismo y fortaleza de la piel. Son procedimientos útiles para mejorar surcos faciales profundos (entre la nariz y la boca o entre la boca y la barbilla), arrugas profundas (arrugas horizontales en la frente), arrugas superficiales (patas de gallo) o mejillas hundidas. También pueden mejorar el aspecto de unos labios excesivamente finos. Normalmente no son muy útiles para rellenar las arrugas del labio superior (arrugas del fumador).
¿Cuándo están contraindicados?
Los tratamientos médicos faciales nunca debe ser realizada en pacientes que presentan alguna infección activa en su cuerpo, en pacientes con alteraciones en la cicatrización de los tejidos, en pacientes con debilidad en el sistema inmune o en pacientes que están o pudieran estar embarazadas. Cualquier paciente con una enfermedad mental en tratamiento debería esperar a la estabilización o resolución de su estado. Pacientes con expectativas poco realistas o perfeccionistas no deberían someterse a un tratamiento facial. Algunas de estas circunstancias suponen una contraindicación temporal, otras suponen una contraindicación absoluta.
Tipos de tratamientos.
Peelings o exfoliaciones superficiales, medias y profundas. Dermoabrasión. Se trata de producir exfoliación o abrasión de capas superficiales, medias o profundas de la piel y esperar a que la propia piel regenere estas capas. Normalmente se realiza mediante productos químicos que producen una “quemadura controlada” que llega hasta el nivel deseado. Se realizan en consulta y, salvo los peelings más profundos, no necesita anestesia o curas prolongadas. Los peelings superficiales-medios se realizan en sesiones cada 15 días, los peelings medios-profundos se realizan en sesión única. En determinadas ocasiones (cicatrices de acné, arrugas del fumador, etc.) las exfoliaciones se pueden realizar de forma mecánica (abrasión) para mayor efectividad, es lo que se conoce como “dermoabrasión”. Esta modalidad se realiza en quirófano bajo anestesia local con sedación y no necesita ingreso.
Peelings o exfoliaciones despigmentantes. Se trata de producir exfoliación con el principal objetivo de eliminar o reducir pigmentaciones. Como efecto colateral beneficioso también mejora el aspecto y algunas arrugas finas. Se realizan en la consulta y suelen ser necesarias 4 sesiones, una cada 15 días, salvo que se realice un peeling profundo.
Sustancias de relleno. Existen multitud de sustancias de relleno para tratamientos de arrugas y surcos. Existen rellenos transitorios como el Colágeno y Acido Hialurónico que tardan en desaparecer, una vez implantados, unos tres a seis meses.
Colágeno: Proteína animal que aparece en tejidos como la piel, articulaciones, ligamentos, etc. El colágeno empleado para inyección es de origen bovino y requiere test de alergia un mes antes de su utilización. Normalmente se emplea para corrección de arrugas finas. Duración muy variable, es raro que dure más de seis meses.
Ácido Hialurónico: También es un componente de la piel, ligamentos, etc. No precisa test de alergia. Su duración normalmente es mayor que la del Colágeno (a veces hasta un año) y “cunde” más. Posee un efecto hidratante sobre la piel tratada. Se emplea fundamentalmente en arrugas finas. Las nuevas generaciones de ácidos con mayor densidad también pueden emplearse en rellenos profundos e incluso algunos sirven para dar más volumen al mentón o pómulos. Sus duraciones pueden alargarse hasta el año y medio
Grasa: Se emplea la grasa del propio paciente como material de relleno. Es muy útil para relleno de depresiones, arrugas o surcos profundos, para engrosar labios y para mejorar el perfil de la cara. Se realiza con anestesia local.
Rejuvenecimiento mediante Hilos Aptos u otras suturas de tracción/suspensión. Se trata de un procedimiento novedoso, que se realiza en consulta bajo anestesia local, mediante el cual se implantan bajo la piel unos hilos, cuya composición, es igual a la de las suturas empleadas rutinariamente en cirugía (Polipropileno). La estructura de estos hilos permite traccionar y remodelar suavemente algunas zonas descolgadas como las mejillas, cejas, región de la mandíbula o el cuello. El efecto no es equiparable al de un lifting quirúrgico, pero la facilidad con que se realiza y la ausencia de postoperatorio y de molestias hacen del una aceptable alternativa a la cirugía, sobre todo en pacientes jóvenes.
Toxina Botulínica (Varias marcas comerciales en el mercado). La infiltración de toxina botulínica tiene por objeto la paralización, en puntos muy concretos, de las zonas musculares responsables de determinadas arrugas. Su efecto dura de tres a seis meses y es particularmente útil para tratar las arrugas de la frente, el entrecejo y las patas de gallo. También se pueden conseguir resultados de lifting suave en las cejas y la frente. Puede también aplicarse también en otras arrugas como las de alrededor de la boca, nariz y cuello.